La reaseguradora Swiss Re reconoció que las condiciones meteorológicas extremas causadas por el cambio climático y el rápido desarrollo urbano en zonas propensas a las catástrofes provocan "pérdidas por catástrofes naturales cada vez mayores". La empresa registró las mayores pérdidas en el primer semestre desde los terremotos de Japón y Nueva Zelanda en 2011.
La tormenta invernal norteamericana Uri causó unas pérdidas estimadas de US$ 15.000 millones para las aseguradoras, el mayor golpe relacionado con una catástrofe de este tipo que se haya registrado hasta la fecha.
Aunque Swiss Re no predijo los siniestros para el segundo semestre del año, podría haber un récord de pérdidas, según Martin Bertogg, responsable de riesgos por catástrofes del grupo. El ejecutivo apuntó a las graves inundaciones de julio en China y Europa, y lo peor de la temporada de huracanes que está por llegar.
Sólo en Alemania, las aseguradoras tienen previstas reclamaciones de entre 4.500 y 5.500 millones de euros por las devastadoras inundaciones del mes pasado. Aon, un corredor de seguros, dijo el miércoles que era probable que esto "sea el desastre meteorológico más costoso y la segunda catástrofe natural más costosa en Europa en los últimos 40 años", después de ajustar la inflación, sólo por detrás de los daños del terremoto de Irpinia en Italia en 1980.
Bertogg también señaló la creciente amenaza de los "riesgos secundarios", o catástrofes que históricamente no tenían el impacto financiero de desastres como terremotos o huracanes. En la actualidad, estas catástrofes alcanzan normalmente los US$ 1.000 millones en pérdidas.
El aumento de los costos refleja la mayor amenaza para el sector de los seguros, ya que las condiciones meteorológicas extremas se combinan con el crecimiento de la población.
Las pérdidas económicas mundiales por catástrofes naturales y humanas, que incluyen los daños asegurados y no asegurados, fueron de US$ 77.000 millones en el primer semestre de 2021. Casi 4.500 personas perdieron la vida o desaparecieron en estos sucesos, según Swiss Re.
Las estimaciones del costo financiero se producen tras el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, en el que se recogen pruebas "inequívocas" del calentamiento global como consecuencia de la actividad humana.
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Las aseguradoras están recibiendo presiones de los inversionistas y los activistas para que retiren su apoyo a las actividades que emiten más dióxido de carbono a la atmósfera, con el fin de ayudar a neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.
En julio, ocho grupos aseguradores europeos, entre ellos Axa, Aviva y Generali, lanzaron la Alianza de Seguros Neto Cero, comprometiéndose a adaptar sus carteras de suscripción de seguros y reaseguros al objetivo de 2050.
"La intensidad y la frecuencia de las catástrofes naturales, que van en aumento, demuestran que estamos ante una emergencia absoluta", declaró la semana pasada a Financial Times Philippe Donnet, consejero delegado de Generali.
En opinión de Bertogg, según los modelos de riesgo actuales, el sector de las aseguradoras debería tener capacidad para absorber en las próximas dos décadas el aumento de los costos de las catástrofes naturales en general.
